Punto de Vista

¡PUNTO DE VISTA!

Espacio habilitado por la Administración del Portal, www.rochebajo.com, para que sus seguidores habituales puedan exponer su Punto de Vista sobre los temas que deseen, con las únicas limitaciones del espacio físico reservado a tal fin (unas 1500 palabras), el interés general y la debida cortesía en el uso del lenguaje empleado.

  • Realizada la exposición por parte de un ponente, podrán manifestarse otros con Puntos de Vista diferentes, parecidos o iguales.
  • Para la publicación de los diferentes Puntos de Vista los ponentes enviarán los textos a la Administración del Portal, bien haciendo uso de la pestaña “CONTACTO” o remitiéndolos por correo electrónico a administracion@rochebajo.com.  Los textos serán publicitados por riguroso orden de entrada en la Administración, tanto si versan sobre el mismo o diferente tema. Eso sí, evitando el solapamiento de temas  diferentes en el tiempo.
  • En el caso que en un momento dado, y por la razón que sea, no hubiese Tema aportado por los usuarios del Portal, la Administración propondrá uno (partiendo de un listado existente que se irá incrementando con el fin de asegurar la continuidad) para que puedan dar sobre él su Punto de Vista, quienes así lo deseen.
  • En aras a poder publicitar con agilidad el mayor número de Temas, cada uno se mantendrá publicitado en el Portal un tiempo máximo de 7 u 8 días, con independencia del número de exposiciones que sobre el mismo aparezcan. De forma excepcional, y siempre por razones de interés general, la Administración podrá prorrogar la publicitación por un periodo adicional de 7 u 8 días, como máximo.
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PUNTO DE VISTA

¿Eran los niños de los años 50/60 del pasado siglo más o menos felices que los de ahora?

«Último artículo escrito para este Portal por MGL (María García López) el 10 de Noviembre de 2022 y no publicado en su momento» D.E.P.

Voy a comenzar diciendo que cuando adquirimos el compromiso del matrimonio, tanto mi novio como yo, que solo contaba con diecinueve años, lo hicimos con todas las consecuencias, por eso nos casamos por la Iglesia, teniendo muy claro que Dios podría bendecirnos con la llegada de los hijos, y que nuestra prioridad siempre sería el cuidado y el bien estar de ellos ante cualquier circunstancia.

Yo trabajaba en un organismo oficial y habría sido fácil pedir la excedencia, pero ni lo planteamos ya que a él le ofrecieron sustituir a sus dos compañeros y nos fuimos a vivir a las Islas Afortunadas.  Preferimos pasar de caprichos y apretarnos el cinturón y quedarme en casa.  Además me quedé embarazada muy pronto y comencé con los vómitos que duraron hasta el mismo día que di a luz de mi hijo.

Dediqué mi tiempo a preparar todo y a leer libros de pediatría… Tu Hijo del Dr. Spock, del Dr. Muñoyerro, de Nelson, etc. para irme formando ante lo que se me venía encima.

No fue nada fácil estar acostumbrada a no hacer nada y tener los mimos de tu Mamá, a verte en una isla sola y encontrarte mal con 7 y 5 de tensión (y tu marido en la isla de enfrente), el ATS iba todas las mañanas y tardes a ponerme inyecciones de vitaminas y antieméticos.

Mi hijo salió adelante gracias a las papillas de maizena y al café con leche, era lo único que  toleraba y no siempre, tenía al lado un termo y volvía a tomar otra cucharadita para retener algo como me decía D. Tomás Bencomo, mi querido tocólogo.

Mi Madre viajó hasta Tenerife para estar a nuestro lado.

La noche que di a luz la Clínica era como mi casa, estaban D. Tomás, Sebastián Darias, el ATS y Carmen Rosa la enfermera que me atendía siempre.

Con veinte años tuve a mi hijo entre mis brazos, la nueva vida fruto de nuestro amor, el milagro más grande que Dios nos dio y la mayor bendición, y también la primera vez que sentí al ver sus ojitos fijos en mí, el miedo y el enorme peso de la responsabilidad que hasta ese momento había pasado desapercibida y a partir de ahí dejas de ser «TU» para ser «MADRE».

A los 22 meses nació mi hija en la misma Clínica y atendida por D. Tomás, Sebastián y Carmen Rosa, y en plenos Carnavales, de hecho está bautizada el Domingo de Carnaval, ¡así es ella una castañuelita!. Todos mis hijos son lo más importante para sus padres, ella me dio menos guerra que el hermano en el embarazo y solo pasé mal los tres primeros meses…

Las dos peques nacieron en Madrid y tengo que decirles que la noticia del embarazo de cada una de ellas ha sido una gran alegría, tan es así que siempre celebrábamos la buena noticia como si fuera la primera vez, los cuatro son nuestro mayor orgullo.

En esos libros de pediatría me quedó grabado que eran mucho más importante para los pequeños los primeros cinco años de su existencia, el crecer con el amor de sus padres y la estabilidad familiar tanto como la alimentación, el cuidado y la higiene y estar pendiente de las vacunaciones y de su salud.

Mientras el Padre cumplía con la obligación de trabajar para procurar los ingresos para mantener a la Familia, la Madre quedaba en casa organizando el día a día, realizando las labores domésticas y cuidando de los Hijos. En nuestro caso siempre hemos estado de acuerdo en todo con respecto a la educación de nuestros hijos y hemos procurado no contradecir las normas establecidas en casa, ni levantar castigos impuestos cuando han sido necesarios, es preciso que los niños vean que sus padres están en sintonía y no pueden aprovecharse de las debilidades del otro para hacer chantajes, como desafortunadamente sucede con los padres separados.

La incorporación de la mujer a la vida laboral bajo mi punto de vista, aunque han tratado de venderla como positiva tiene puntos negativos:

  1. Abaratar el puesto de trabajo, antes con un sueldo se mantenía a la familia, ahora con dos no se llega a fin de mes.
  2. ¿La mujer se siente más realizada? Tenemos trabajo dentro y fuera de casa, no llegamos a tiempo de nada, estamos estresadas, hay más infidelidad, más separaciones, menos principios y valores, y peor educación, vamos posponiendo la maternidad, pasamos de los hijos a los que consienten todo y son la generación del móvil y la tablet, y de nivel cultural mejor no hagas preguntas para tratar de saber sus conocimientos, alucinarías en colores…
  3. Hemos perdido calidad de vida, “somos lo que ellos quieren que seamos”, porque han ido contra la familia tradicional que es la base de la sociedad, y si analizamos fríamente nuestra la situación, vivíamos mucho mejor en la década de los 70/90.

Mis niños aprendieron conmigo sus primeras palabras, sus primeros pasos, sus primeros garabatos, a jugar, a oír música, sus salidas al parque con los patines, las bicis, la pelota, el balón etc. y, aunque podían bajar solos, no existía el peligro de hoy en día, íbamos juntos a todas partes y así también estaba pendiente de «sus amigos».

Todas las noches antes de dormir dedicábamos un rato a la lectura.

Hemos procurado ser el mejor ejemplo para ellos en el trato a nuestros mayores, el contacto con los abuelos es muy importante para los niños, los lazos de unión, el cariño, el respeto que existen entre ellos, son fundamentales para su formación.

Siempre nos hemos preocupado de darles la mejor educación, en casa no hemos permitido tener  la televisión puesta durante las comidas o cenas, eran momentos para poder estar en familia y poder hablar de los temas importantes que les preocupan, intercambiar opiniones y tratar de saber si tienen algún problema. Esto no quiere decir que te cuenten todo, pero al menos se intenta que haya dialogo.

Los hermanos suelen estar unidos como una piña y a no ser que se peleen se tapan unos a otros y no tienes forma de enterarte de nada, esto es bueno, aunque a veces molesta bastante ya que tienes que andar cazando moscas.

A todos los hijos los educamos igual pero cada uno luego toma lo que quiere según le convenga, ¡a veces no parecen ni tuyos!
La mejor época sin duda alguna ha sido la de los niños de los años 70/90, han tenido más comodidades a su alcance, más bienestar, mayor poder adquisitivo y menos tecnología.

Hemos tratado de inculcarles los valores y principios en los que fuimos educados nosotros, y siempre nuestro consejo ha sido que ante todo sean buenas personas y eso lo hemos conseguido con creces, son humanos, excelentes hijos y están a nuestro lado en los peores momentos, son nuestro mayor patrimonio.

Soy católica y tengo muchos motivos para tener fe, a mis hijos los enseñé a rezar y sé que creen, es muy bueno que tengan esperanza y dónde agarrarse.

Como en todas las familias siempre hay alguna discusión, pero por lo general, la sangre nunca llega al río y cuando de verdad se necesitan están todos a una como Fuenteovejuna.

PUNTO DE VISTA

Sobre ESPAÑA: 1950-2022

Escrito por SLM (Madrid) 09/03/2023

Hoy me gustaría dar mi PUNTO DE VISTA, sobre el tema de referencia, desde el conocimiento tenido, por nacer en el seno de una humilde familia, y mis experiencias y vivencias posteriores a lo largo de la vida.

El análisis que hago de este periodo de más de 70 años es positivo en su conjunto para los que nacimos en las décadas de los  años 40, 50 y 60 mientras que, para las generaciones nacidas con posterioridad soy bastante crítico y explicaré el porqué.

Debido al punto de partida de nuestras generaciones, consecuencia de los cruentos hechos que tuvieron lugar desde principios del siglo pasado en España,  y que finalizaron con una guerra acaecida entre el 1936 y 1939, cuyos efectos más negativos llegaron hasta los años 50,  nuestras generaciones se vieron envueltas en un entorno, a nivel nacional, de pobreza y precariedad que nos llegó a la inmensa mayoría de los españoles, en menor o mayor medida.

Esto, que en sí mismo, y desde un punto de vista externo, puede calificarse como una desgracia, porque lo fue, tuvo otra vertiente para estas generaciones y es que actuó de revulsivo. Primero haciéndonos más fuertes ante las adversidades, a la vez que flexibles para adaptarnos a las dificultades pero, inmediatamente después, hizo que nos fijásemos metas de mejora y bienestar que debíamos conseguir a través del trabajo y el estudio, a pesar del esfuerzo que cada uno tuviese que hacer, dependiendo de los diferentes puntos de partida que cada cual tuviese por razón de su origen.

De esta forma, cada uno de nosotros fuimos esforzándonos y prosperando contribuyendo, sin apenas darnos cuenta, a una forma de ser y estilo de vida a nivel nacional que nos hizo conseguir mejoras, cada vez mayores, a lo largo de los años, con capacidades de adaptación y autoestima que nos llevó a alcanzar altas cotas de satisfacción, bienestar y felicidad, a pesar de las insuficiencias de partida en muchos de los casos.  Por eso, y a pesar de todo lo que se puede entender como imponderables de partida, la mayor parte de las personas que pertenecemos a aquellas generaciones hemos sido y somos felices, con las excepciones lógicas que por razones de enfermedad o cualquier otra circunstancia adversa nos haya podido acaecer.

Fuimos felices con muy poco de todo. Poco de comer, poco de vestir, poco de gastar… había pocos manjares y a veces íbamos con los pantalones o la camisa remendados, y jugábamos al fútbol con una pelota hecha de trapos sujetos con hilo de bramante. En cambio, teníamos mucha ilusión por aprender, mejorar, esforzarnos para alcanzar cotas de bienestar superiores a la de nuestros mayores, y ser personas de bien y provecho que era el primer mandamiento que casi todos los padres les daban a sus hijos, a la vez que constantemente nos repetían lo importante que era el estudio, el aprender y un buen oficio.

Teníamos muchas obligaciones que nos ilusionaban y menguados derechos que, en general, se echaban poco en falta y si, por el contrario, había un gran respeto a la autoridad y de forma especial a los Maestros.

Creo que como resumen este era el punto de partida básico que se nos enseñó a toda nuestra generación, con independencia de las mejores o peores comodidades que se disfrutase dentro del seno familiar. En síntesis, toda España iba en una dirección, la de mejorar en beneficio de cada uno y por añadidura del conjunto de la nación, como así fue.

Con sólo nuestros humildes bagajes por bandera, y con unas ideas claras de lo que queríamos conseguir, sin escatimar esfuerzos, salimos a la sociedad para prosperar y fuimos una inmensa mayoría los que más tarde pasamos a ocupar puestos importantes de responsabilidad en distintas áreas del conocimiento y el saber, bien como profesionales, directivos o empresarios pero, todos, con ese acicate que nos daba la certeza de que, si te esforzabas y valías, tenías garantizado tu subida en el estatus social.

Durante el periodo que va de 1950 a 1975 asistimos a la etapa más grande de crecimiento y bienestar, respecto a todas las anteriores y bastante de las posteriores. Síntoma de esta gran mejoría es que no existía paro y hacia mediados de los 60, todo el que quería estudiar podía hacerlo, unos con más esfuerzo y otros con menos, pero todos tenían acceso al conocimiento. Una inmensa mayoría iniciábamos nuestro proyecto familiar entre los 20 y 25 años y podíamos adquirir en propiedad nuestra casa con hipotecas que tardábamos en pagar entre 5 y 10 años siendo suficiente para ello que trabajase sólo uno de los cónyuges, mientras el otro se podía dedicar al cuidado y la educación de los hijos y también a la atención de sus mayores, si los había. En los años 60 se disfrutaba ya, normalmente, de 1 mes de vacaciones y, muy importante, teníamos seguridad en el empleo,  en las calles y en el futuro. De hecho llegamos a ser la 8ª potencia del mundo, con unos cuadros de dirigentes en el gobierno de gran nivel técnico y solventes sin, prácticamente, deuda como Estado.

En este contexto llegó la democracia, donde afloraron con rapidez muchos derechos y se fueron relajando cada vez más las obligaciones y responsabilidades.

Al principio del periodo que va desde 1975 a 1985, íbamos más o menos bien, exceptuando la lacra del terrorismo de los crímenes de ETA que hemos venido sufriendo prácticamente hasta nuestros días.

Fue a partir de 1985 donde todo se empieza a descontrolar y se dispara el gasto público que desde entonces no ha dejado de crecer hasta llevarnos al nivel de deuda actual, uno de los mayores problemas del Estado por cuanto de hipoteca y coste supone para actuales y futuras generaciones,  y que lo pagamos todos con nuestro esfuerzo.

Es por esos años cuando empiezan a acceder a diferentes tipos de Gobiernos (Central, Regionales, Locales, etc.) ocupando cargos de responsabilidad todo tipo de personas sin formación ni preparación (salvo honrosas excepciones) que lejos de aportar, a lo que llegan es a beneficiarse, y si es posible a permanecer en el puesto (como así lo hacen) ya que desde el punto de vista de valía profesional, difícilmente podrían encontrar un puesto de trabajo fuera de la administración. Esto hace que, de forma descontrolada y sin medida, cada vez se necesite subir más los impuestos para pagar este desmesurado gasto e intereses de la deuda del Estado por esta elefántica infraestructura que ni precisamos ni funciona para la que no es suficiente las ingentes cantidades de dinero que se empezaron a recaudar por  IVA al inicio de la democracia (19%), que se incorporó en lugar del ITE (10%) que regía hasta entonces. El gasto público se disparó de forma fulgurante y sigue subiendo con el alto riesgo que conlleva el estar hipotecados con el exterior de forma tan abrumadora, pero lo que es igual o peor es que, desde hace años, ya hay generaciones enteras que no pueden tener proyectos de vida familiar, y menos comprarse una casa porque, esta casta política detrae toda la riqueza que se genera, cada vez más, para ese aparato tan inmenso del Estado, sin importarles el bienestar real de la población en general, ni de la grave hipoteca que está dejando para las actuales y venideras generaciones.

Todo este periodo, que se prolonga a través de la primera década de este siglo, pasa también en esos años por la inestabilidad que se crea por el atentado terrorista de los trenes de Atocha en Madrid. Durante ese periodo, tampoco se llega a taponar el agujero negro del gastos del Estado, a pesar de un incremento adicional por IVA  (21%) ni con los incrementos que se hacen por impuestos directos a empleados y empresas, mucho más allá de lo que pueden soportar unos y otros.

En estos momentos, tenemos una deuda acumulada real y subiendo de 1.5 billones de euros a nivel del Estado central, más el de las comunidades, consecuencia de las malas políticas llevadas a cabo por los Gobiernos de los últimos 50 años que han hipotecado el futuro de tres generaciones de tal forma que cada españolito debe hoy, no menos de 40.000 € aunque acabe de nacer. Eso sí, sus padres quizá no tengan un puesto de trabajo, ni visos de tenerlo, gracias a la gran cantidad de desempleo que tenemos de forma estructural. Y si lo tiene, con ingresos netos reales muy inferiores en equivalencia, por el coste de la vida, a los que teníamos en los años 70.

Desde 2006 hasta 2022, donde se incluye también la inestabilidad que provoca el Golpe de Estado Catalán en 2017, los diferentes equipos de gobierno se han dedicado más a manosear los problemas que a dar soluciones lógicas y eficaces, consecuencia de su ineptitud (en la gran mayoría de los casos) para el cargo, demostrado por la ingente cantidad de asesores que precisan, llegando a nuestros días con una España que tiene catalogados todos los problemas que tenemos, muchos de viejo cuño y otros de novísimo, creados la mayor parte de ellos por los mismos políticos que tendrían que resolverlos y por tanto de imposible solución.

De todo lo anterior y a forma de conclusión, mí PUNTO DE VISTA es que, mientras que en España no lleguen a sus máximos órganos de gobierno, personas con solvente currículum y decentes, con ansia de ayudar y no de aprovecharse,  seguiremos empeorando nuestra situación, siendo cada vez más dependientes y llevándonos cada vez, más y más, hacia el furgón de cola de una Europa que tampoco está para tirar cohetes. Mientras tanto, nuestras nuevas generaciones empobreciéndose o emigrando, como lo hicieron nuestros abuelos, para poder sacar un poco la cabeza.

Sin embargo, me gustaría pensar que, más pronto que tarde, retomaremos el camino del equilibrio con personas inteligentes que lleguen a los gobiernos a dar lo mejor de sí, en beneficio de la sociedad, y que agotado su mandato se reincorpore a la vida civil para seguir laborando en beneficio de nuestros hijos y nietos pues, de lo contrario, podrían estar abocados al punto de partida de las generaciones de nuestra niñez, pero ahora sí, con la sensación de derrota y faltos de aquella ilusión y confianza en el futuro que, de forma generalizada, nos hizo subir peldaños a lo largo de la vida a los pertenecientes a aquellas generaciones de los años, 40, 50 y 60

PUNTO DE VISTA

¿Ocio? ¿Para Quién?

Escrito por Hierbabuena (Cartagena) 29/01/2022

Días atrás leía en este mismo medio un artículo relativo a cómo hacer buen uso del «Tiempo de Ocio»  bastante completo por cierto pero que, una vez lo hube leído y reflexionando sobre el mismo me hice las siguientes preguntas ¿Ocio? ¿Para quién? porque para mí, y creo que para la inmensa mayoría de las mujeres que trabajan fuera de casa, no veo cómo ni cuándo podremos tener el «Bendito problema de qué hacer con el tiempo que nos queda libre». Desde luego, esto no les ocurrió a nuestros padres, y no parece que nos vaya a suceder a nosotros, a menos que se aborden antes otros temas en serio y no nos tengan entretenidos con machismo o feminismo porque el hecho real es que si una de las dos personas que encabezan la familia deja de hacer esta doble o triple actividad en la casa (normalmente la mujer) otro tendría que hacerlo (normalmente el hombre) y he aquí el quid de la cuestión, por el que varias generaciones han venido y vienen intentándolo y enfrentándose entre sí sin llegar a ningún acuerdo feliz. El hecho real es que, antiguamente, el trabajo que se precisaba para sacar una casa adelante (década de los 60/70 del pasado siglo) era el de trabajar fuera de ésta un miembro de la familia durante 8 horas diarias (normalmente el hombre) y en la casa (normalmente la mujer) con esto los tiempos estaban repartidos y se atendía a una y otra responsabilidad (el trabajo y la familia ) adecuadamente y se tenía tiempo para todo.

Cuando esto funcionaba, más o menos balanceado resulta que, unas veces por necesidades económicas, otras por afán lógico de superación y otras por perseguir un mejor bienestar económico, lo cierto es que, aquel balance del tiempo ocupado se empezó poco a poco a desequilibrar en perjuicio de quien,  hasta la fecha, había sido la que llevaba la casa y por extensión la familia en general (mayormente la mujer). Desequilibrio que a continuado hasta nuestros días tratando unos y otros de echarse la culpa en el seno del hogar cuando, lo cierto y real es que, ahora, se precisa invertir fuera de casa el doble de tiempo de lo que se precisaba antes para salir adelante (a veces ni aún así se sale adelante) quedando al descubierto, quizá, lo más importante, que es no tener tiempo suficiente fuera del horario laboral para poder conciliar éste con la atención a la familia y menos para divertimentos.

Si hasta aquí estamos de acuerdo, creo que no será difícil ver y concluir que, tal vez lo que está sucediendo, con gran torpeza de quienes nos gobiernan y gran avaricia de quienes tienen los recursos económicos, es que deberían favorecer unos y otros  el que se vuelva a ese balance de los años 60/70 en donde, con sólo la dedicación de 8 horas de cada una de las personas de la unidad familiar, se tenía para vivir y tiempo para atender a las necesidades del trabajo fuera y dentro de casa. Incluso alguno para dedicarlo al asueto. 

Lo que no es de recibo, ni parece que hasta la fecha hayan sido capaces de solventar los distintos gobiernos, es que la pagana de todo este dislate sea la familia a la que se ha llevado a enfrentarse en el seno de la misma, y con demasiada frecuencia a romperla, porque si tiene sentido que la persona de la unidad familiar (normalmente la mujer) se sienta y se considere la más perjudicada, también es cierto que la otra persona (normalmente el hombre) se ha encontrado que históricamente los avances en el mundo del trabajo han sido siempre para rebajar la horas que se dedicaban a este para seguir ganando igual o más, y no el de tener que trabajar más (fuera o dentro de la casa) para ganar lo mismo o menos.

Por tanto, y con independencia del responsable real de esta situación creada (que lo hay) lo que no es de justicia es que aquel miembro de la familia que tradicionalmente atendía el hogar (normalmente la mujer) y que en los últimos 50 años viene paulatinamente incorporándose en igualdad de conocimientos, deberes y remuneraciones al mundo del trabajo tenga que, además de superar las barreras lógicas de experiencia y competencia en el mundo de la empresa, sentir que está desatendiendo a una de sus responsabilidades cuando  está realizando la otra y acarrear con ello, no sólo una carga sobrehumana de trabajo sino que además, con demasiada frecuencia, experimenta la frustración de no llegar a todo y menos verse  recompensada por esta doble dedicación que efectúa para la única beneficiada, que es la sociedad en su conjunto. Porque, cuando una de las dos persona de la unidad familiar (normalmente la mujer) aparte de hacer su trabajo fuera de casa tiene que hacer otras muchas tareas cuando llega del trabajo o sale para éste como: pasar por el supermercado; hacer la cena; ver si los niños tienen que hacer tareas; asearlos; preparar la ropa de todos y un largo etcétera. Y antes de partir por la mañana: preparar el desayuno; asegurarse que todos llegan en tiempo y forma al colegio, etc. Todo esto contando con que todos estén bien (incluida ella) y que durante el transcurso del día no exista ningún incidente que, de forma indubitatiba siempre llega a ella en primer lugar, resulta que termina el día exhausta y con un cierto grado de frustración y desánimo por la injusticia que experimenta,  en lugar de finalizar la jornada satisfecha por todo lo conseguido y que, en la mayoría de los casos, es beneficioso para quienes la rodean que son, en primer término la familia pero, después, y de forma inmediata, toda la sociedad  en su conjunto.

Por todo lo que antecede, y después de los diversos intentos por diferentes gobiernos de los últimos 40 años por tratar de solventar esta injusticia social, cosa que no han conseguido solventar, y si crear nuevos problemas, creo que sería ya tiempo de ponerle el cascabel al gato, que no es otro que lo indicado más arriba y que según mi Punto de Vista debería hacerse más o menos de la siguiente forma. 

Visto lo visto, parece lógico entonces volver al inicio, esto es, si en los años 60/70 esta parte estaba razonablemente bien balanceada, respecto a la necesidad de inversión de tiempo por cada una de las personas que conformaban la unidad familiar ( unas 8 horas cada uno en su actividad ). Pues bien, una vez que es un hecho de que en una inmensa mayoría ya los dos miembros de la unidad familiar trabajan fuera de casa, por necesidad económica,  profesionales o de mejora de su bienestar, y aprovechándose de la brecha tecnológica ¿Por qué no se aborda ya ahora, de verdad, el problema en su raíz?. Esto es, rebajar la jornada laboral de 8 a 6 horas (con igual salario) de forma que tanto una como otra de las personas que conforman la unidad familiar dispongan de tiempo para poder conciliar ésta y el trabajo. Creo que no sólo no es difícil sino que es fácil e inevitable cosa que, una vez se realice, ahora sí, unos y otros tendrán tiempo para atender adecuadamente sus obligaciones familiares (sin escusas ni pretextos) y sacar, por otra parte,  ese «Tiempo para el Ocio». Y, la sociedad en su conjunto, en especial las capas que nos gobiernan (administrativa y económicamente) habrán cumplido con su obligación de restituirle a las familias parte de ese tiempo que les han venido arrebatando en estos últimos 40 años. En tanto esto no se aborde, de forma rápida y eficaz, seguiremos potenciando conflictos y penalizando injustamente a la parte más débil (los niños, ancianos, dependientes, etc.) del núcleo familiar y por extensión a toda la sociedad.

PUNTO DE VISTA

¿Qué es el Ocio actualmente? ¿Un descanso del trabajo o del estudio o un fin en sí mismo?

Escrito por SLM (Madrid) 14/12/2022

Hace algún tiempo leí un artículo sobre este tema y de cómo a lo largo de la historia ha ido matizándose este concepto, en función de las situaciones y  vicisitudes por las que atraviesan las diversas poblaciones del planeta. Fruto y  parte del mismo es éste que hoy presentamos para la sección «PUNTO DE  VISTA».

Los avances tecnológicos han provocado en el pasado, y lo vienen haciendo en la actualidad la aparición, cada vez mayor, de un tiempo libre obligado para las personas que vivimos en sociedades industrialmente avanzadas.

Esto, que en principio es considerado como deseable y bueno, no evita el que debamos entender el fenómeno, y cuál es la mejor forma de aprovechar este recurso personal en favor de uno mismo y de la sociedad que nos rodea.

Curiosamente, y al contrario de lo que inicialmente podría pensarse, el ocio no buscado, sino que en cierto modo nos ha venido impuesto por los avances tecnológicos, en lugar de provocar relajación y bien estar en las generaciones en donde se acelera el proceso provoca, sin nada que lo justifique, un tanto de desasosiego, estrés y hasta rechazo, si no se toma conciencia y se encauza este ocio de forma adecuada y ajustada a la situación y planes vitales de cada uno en particular.

El tiempo que se puede identificar como de ocio es el llamado «tiempo libre» o tiempo exento de obligaciones, como lo llaman otros. En síntesis, es el que resta después de dormir y cumplir con nuestras obligaciones de trabajo,  estudio, hogar o los autoimpuestos como voluntariado, autoformación, etc. Es por tanto el tiempo que las personas podemos dedicar para sí mismas haciendo aquello que deseamos, siendo el ocio como tal una actitud para afrontar este tiempo de forma autónoma y satisfactoria. En este sentido, implica la gestión de actividades escogidas libremente con el fin de disfrutar, descansar y sentirse realizado.

Para entender mejor, no sólo qué es el ocio, sino también, cómo se inicia éste y las razones de su incremento día a día, precisamos retrotraernos y entender mejor las circunstancias y vicisitudes que se dan en esta sociedad postindustrial, siendo los puntos principales a resaltar:

  • En este momento en la sociedad hay un claro predominio del sector terciario. El trabajador típico ya no es el obrero, es un profesional. El trabajo del  obrero se ha ido sustituyendo por máquinas que requieren un nuevo  personal técnico y más empleados en las oficinas, el comercio, los  transportes, los servicios.
  • En las sociedades actuales más industrializadas tiene cada vez más  importancia la educación y la formación. La inmensa mayoría de los jóvenes emprenden estudios secundarios y se implantan sistemas de formación continua, necesaria y concurrente con los adelantos de las nuevas tecnología en constante progreso.
  • Los medios de comunicación de masas tales como : El cine, la radio, la televisión, Internet, etc. se han unido en nuestros días a la imprenta para hacer llegar gran cantidad de información de forma constante a grandes cantidades de personas quienes, de manera pasiva recibimos incesantemente ideas e imágenes que nos suscitan, mediante la publicidad o de otro modo, nuevas aspiraciones y necesidades. Esto lleva a encontrarnos, cada vez más, con un tipo de persona anónima aislada a nivel social con grandes medios de comunicación que la atosigan en donde es un agente pasivo, un consumidor con todavía reducidos medios de comunicación interpersonal.
  • En este contexto emerge con más fuerza la civilización del ocio que, como hemos dicho, es la consecuencia del incesante progreso técnico en la producción y la comunicación, que a su vez entrañan dos importantes consecuencias:

a) La disminución de las horas de trabajo que se sitúan alrededor de las 35 horas semanales. En occidente cuando se da esta circunstancia, de forma generalizada, se entiende que estamos en la civilización del ocio.

b) El crecimiento de la organización comercial del ocio. En la actualidad se ha convertido en un importante sector de la actividad económica. De hecho, en buena parte, el consumo actual se debe al que se realiza por el ocio.

Por otro lado, las implicaciones estimadas en el desarrollo social son básicamente cinco, a saber:

  • El tiempo dedicado al ocio es un recurso importante para el desarrollo personal, social y económico.
  • Es un indicador de la calidad de vida.
  • Es una fuente de salud y de prevención de enfermedades.
  • Crea empleo, bienes y servicios.
  • Alivia la insatisfacción, el estrés, el aburrimiento, la falta de actividad física y la creatividad.

Pero…. a pesar de todo lo anterior cabría hacerse la siguiente pregunta, ¿es realmente esto lo que demandan los ciudadanos actuales?

Por la evolución de nuestra sociedad , sus características y signos externos podemos deducir, de forma indirecta, cuales son las necesidades que ésta demanda, relacionadas con el ocio, y que se resumen en:

– Cuanto mayor es el número de horas de tiempo libre, se detecta mayor necesidad de consumo. Según veíamos antes, una consecuencia del  crecimiento tecnológico es el aumento de la producción con un menor tiempo de trabajo de las personas, lo que ha creado un espacio temporal a «llenar» que antes estaba ocupado por el trabajo. Esta disponibilidad hace que el individuo se plantee cubrir otras necesidades que van más allá de la mera subsistencia: crecimiento personal, cuidado del cuerpo, viajar, contacto con la naturaleza, etc. con la creación constante de nuevas necesidades por parte de la maquinaria publicitaria (La moda, el consumo de ciertos productos, los deportes y viajes de aventura, etc.).

– Cada vez están más presentes: Los juegos de ordenador, consolas, internet, simuladores…, que hacen que estos medios de diversión, muy atrayentes, sean apetecidos por la mayoría de personas aunque les exija un desembolso económico superior a otros medios de entretenimiento.

– Ante el aislamiento social y anonimato del individuo, cada vez más, existe una demanda de canales organizados de comunicación con propuestas de actividades para grandes masas y de encuentros. Demanda que está siendo satisfecha por la sociedad con la creación de grandes canales para que las personas puedan asociarse en base a intereses comunes (redes sociales de internet Facebook, etc.) a la vez que aumentan las ofertas de ocio y de consumo individual (algunas de ellas se pueden realizar en grupo, pero sin perder su característica individual): juegos de ordenador, de consola, simuladores, televisión, etc.

En resumen, nuestra sociedad hace su demanda de ocio ante el mayor número de horas de tiempo libre y la realidad social de aislamiento del individuo con el fin de «llenar» esos tiempos nuevos. Pero también hay una demanda social, quizás no mayoritaria pero mucho más conveniente, de ofertas de actividades para que este tiempo de libre se convierta, si cabe, en un tiempo de ocio con unas mayores dosis de sentido común y aprovechamiento, tanto para las personas como para el conjunto de la sociedad.

Dada la importancia que el ocio está teniendo en la formación integral y social de la persona, la pedagogía del mismo se está centrando en su vertiente educativa, tratando de potenciar que la vivencia del ocio sea una experiencia integradora entre los valores personales y el sentido que se otorga a la vida.

Para que la contribución de la educación del ocio sea más eficiente en el  desarrollo integral de la persona, esta pedagogía ha de apuntar a una serie de principios prácticos y útiles que deben tenerse en cuenta como son:

  • No polarizar los tiempos. Procurar que tanto el ocio como el trabajo proporcionen satisfacción.
  • Rescatar tiempos para el ocio formativo de áreas tales como: El transporte, burocracia, tareas rutinarias, etc.
  • Esforzarse en alcanzar un ocio más pleno consiguiendo que el tiempo no trabajado no se convierta en un tiempo malgastado.
  • Respetar la autonomía en el qué y el cómo. La persona es quién debe decidir la actividad y como ejecutarla.
  • Tratar de conseguir conjugar diversión y aprendizaje.
  • Respetar la contemplación (no hacer nada, aparentemente) hay que evitar el activismo frenético.
  • Tratar de compatibilizar el ocio individual con el compartido.

En resumen, y con lo que antecede, podemos concluir, desde mi PUNTO DE  VISTA que, el Ocio en la actualidad es en parte descanso del quehacer diario pero, también, es un tiempo y una vía para poder adentrarnos, de forma tranquila, en el estudio e investigación de áreas que nos apetecen y que nos permiten conocer y disfrutar placenteramente de aquello que nos perfecciona y entretiene.

PUNTO DE VISTA

¿Se concilia mejor o peor la familia ahora que hace 40 años?

Escrito por Mastia (Cartagena) 16/11/2022

Antes de entrar en el tema propuesto y con el fin de dar mi Punto de Vista más adelante, acorde con lo que creo que propone indirectamente la pregunta, empezaré por definir lo que entiendo yo en este caso por «Conciliar la familia» y que resumiría en hacer compatible la vida personal, familiar y laboral, siendo capaces de atender a cada una de ellas, en el grado que precise, sin merma ni repercusiones negativas para cualesquiera de las  otras.

A este fin, y entendiendo que a lo largo de estos últimos 40/50 años los entornos, necesidades y deseos de la sociedad, en general, han ido  cambiando, como igualmente sucedió en tiempos pretéritos, me centraré en contrastar, lo que sucedía y sucede ahora en España, según mi entender.

En los años 70 y 80 el nivel de vida de los hogares españoles era creciente. Nuestra sociedad, en aquellos momentos, ya en democracia, tenía muy poco que envidiar económicamente a las restantes naciones de Europa, ya que disfrutaba de una amplia clase media en donde, con el trabajo fuera de casa de sólo una de las dos personas que componían la unidad familiar (normalmente, el marido) era suficiente. No quizás para tener grandes lujos,  pero sí para cubrir lo necesario, encargándose la otra (normalmente la mujer) de las faenas del hogar así como del cuidado de los hijos y algún  dependiente, si es que lo había. Este reparto de roles permitía compatibilizar las necesidades pecuniarias de la familia a la vez que se atendía al cuidado de todos sus miembros para conseguir el bien común de todos donde la mayor atención y cuidado, lógicamente, se orientaba a proteger a los más indefensos, normalmente, los niños y las personas mayores de la familia.

Con el devenir de los años, la sociedad en su conjunto empezó a plantear, demandar, y facilitar los cauces para que la mujer, que hasta entonces había estado relegada, en la mayor parte de los casos, a realizar las tareas del hogar, diese un salto cualitativo y pudiera acceder, con mayor facilidad, al mundo del conocimiento y el trabajo fuera de casa, en aras de una mayor autonomía y desarrollo profesional y personal.

Esto que en sí era a todas luces muy positivo, especialmente para un mayor desarrollo y autonomía de la mujer, pronto entraría en conflicto con las otras partes en el entorno familiar ya que se pasaba de unos hábitos y costumbres en donde todo lo de la casa recaía en ella tradicionalmente, porque ella era la que permanecía en el hogar, a tener que ser compartidas estas actividades con el resto de los miembros de la familia que, en la inmensa mayoría de los casos seguían anclados en sus roles anteriores, tratando que, bajo este punto de vista, todo siguiese igual que en el pasado. dándose el hecho, al menos hasta finales de siglo, e incluso hasta ahora que, por dificultades reales en unos casos, y por desavenencias en otros, parte de estas actividades, mayoritariamente continuaba haciéndolas las mujer cuando vuelve del trabajo.

La idea inicial, que en si mismo tiene un sentido positivo desde cualquier punto de vista, ha desembocado en una sociedad, la actual donde:

1º) Se ha desarrollado una conciencia cada vez más individualista, fruto de una mayor independencia económica.

2º) Se ha modificado el concepto de familia y la cohesión entre sus miembros que a su vez ha generado gran cantidad de familias separadas y monoparentales.

3º) Las remuneraciones laborales compensatorias por la actividad del trabajo se han visto reducidas, por una parte debido al efecto de oferta y demanda y por otra debido a un mundo cada vez más tecnificado en donde las máquinas sustituyen con más frecuencia a las personas en tareas que antes eran realizadas por éstas.

4º) Hemos desarrollado quizá un gusto desmesurado por el acopio de cosas.  Sólo por tener.

En cualquier caso, y volviendo al tema central que nos ocupa, el conciliar y  compatibilizar estas áreas de nuestra convivencia ( individualidad, familia, hogar, trabajo ) tienen sus dificultades para llevarse a cabo de forma  ordenada y satisfactoria para todas las partes involucradas. Por eso, cada vez más, las familias recurren a una ayuda externa que les eche una mano, bien alguien cercano al núcleo familiar (cosa que no siempre es posible) o alguna persona que, a cambio de un sueldo mensual, se haga cargo de las tareas tradicionales más rutinarias del hogar, extendiéndose muchas veces esta ayuda al cuidado de los niños y los mayores, si los hay. En estos casos, con bastante frecuencia se da la paradoja que, el coste que conlleva salir a trabajar fuera de casa y lo que se le abona a la persona contratada, iguala prácticamente lo que ingresa uno de los progenitores.

Si ya es difícil conciliar y salir adelante en un hogar estable, cuando hay una ruptura matrimonial y llega la separación, al margen de la parte emocional y dolorosa que ésta conlleva, se presenta otro hecho real y también muy importante y es el problema económico que suele hacer su aparición de forma más aguda para cada una de las partes.
En estas situaciones, y con demasiada frecuencia, se inicia una serie de  reproches y litigios entre las partes (en el fondo es de supervivencia) que terminan por enrarecer el entorno hasta que termina por afectar a toda la familia.

Llegado a este punto, y constatando los imponderables que existen en la actualidad para conciliar : El culto a la individualidad, la vida laboral, la familia en sus diversos formatos y el gusto quizá exagerado por tener todo aquello que la sociedad de consumo nos propone para ser (aparentemente) más felices, se me antoja que es empresa muy difícil de superar para mucha gente, como así sucede.

No obstante, y entendiendo todas las dificultades que en muchas  circunstancias existen para conseguir llevar a buen puerto esa deseada conciliación, la que a mí más me ha importado siempre, y entiendo que es la que a todos más nos debería preocupar es la que afecta directamente a los hijos, en especial, cuando estos son pequeños.

Para mí, lo peor y con gran diferencia es el riesgo real de daño irreparable que desde hace ya bastantes años, y cada vez más, se les pueda estar haciendo a esa gran cantidad de niños que por «imposibilidad real de su progenitores para conciliar sus deseos y obligaciones» se ven abocados a que les falte, de forma continuada y sistemática, alguna de las dos personas más
importantes en sus vidas que, bien por trabajo, desavenencias o circunstancias ajenas a los mismos, no ejercen o lo hacen deficientemente, las funciones fundamentales para con sus hijos como son: Apoyo y Cuidado cercano, Cariño, Educación, Confianza, Respeto y Juegos, tan necesario todo ello para su seguridad y autoestima, imprescindibles en su desarrollo físico-emocional, siendo sustituido todo esto, en estos tiempos (demasiadas veces) por la famosa frase de que «lo más importante no es el tiempo que se le dedica, si no la calidad de este».
Siempre me he preguntado si es que hay niveles de atención para con un hijo, pues he entendido que estos deben ser los apropiados en tiempo y lugar. De ahí la importancia de cercanía y prontitud en socorrerles cuando lo necesitan.

Por otro lado, y como consecuencia de desavenencias, con demasiada  frecuencia vemos que los niños, sin ellos desearlo, están presentes en un cruce de insultos y acusaciones encontradas, precisamente entre sus progenitores que, lejos de afianzarles, fortalecerles o darles certezas frente al futuro, lo que hacen es minar sus sentimientos y destrozarles, llevándoles (en un porcentaje altísimo) a refugiarse detrás de las nuevas tecnologías pero  que, en manera alguna pueden éstas borrar la huella que tales  comportamientos le producen.

En resumen y como conclusión sobre,

¿Se concilia mejor o peor la familia ahora que hace 40 años? Mi Punto de Vista, rotundo y sin paliativos es que ahora se concilian mucho peor todos los intereses de la familia, siendo las primeras víctimas los niños, y después todos los demás.

PUNTO DE VISTA

¿Eran los niños de los años 50/60 del pasado siglo más o menos felices que ahora?

Escrito por S.L.M. (Madrid) 26/10/2022

Antes  de dar mi PUNTO de VISTA  sobre el tema arriba citado, y para que se entienda mejor éste, debo referirme primeramente al entorno en el cual se desarrollaba la vida de los niños de los años 50/60 para que, más adelante, se pueda establecer la lógica comparación con los niños de nuestros días.

La descripción del entorno la haré basado en lo que entiendo que era habitual a la gran mayoría de la población española, con independencia del lugar donde se encontrara y del tipo urbano en el que habitara (gran ciudad, pequeña o pueblo) y siendo todo  ello matizable, en situaciones muy concretas que se pudieran dar,  por razones de condición social o circunstancias especiales.

A tal fin, y después de este breve preámbulo, empiezo por citar todo lo que, de una u otra manera, conformaba el entorno más relevante en el que se encontraban aquellos niños. Eso sí, con el normal desconocimiento por su parte de lo que no habían vivido, al igual que tampoco podían saber lo que les depararía el futuro.

Según mi percepción, era aquella una sociedad (léase entorno) :

  • Totalmente orientada al trabajo;
  • Muy responsable, donde proliferaban los deberes y obligaciones;
  • Tenía gran presencia la religión católica;
  • Las viviendas, unas mejores y otras peores,  tenían lo básico del momento. Esto es: habitáculos para dormitorios que se compartían con los hermanos, comedor  y cocina ( normalmente con un hogar de leña y más adelante un hornillo de gas).   Según los lugares podían tener también un patio.
  • El uso generalizado de la luz eléctrica no llegó hasta mediados de los años cincuenta utilizando, para iluminar las casas por las noches, carburos, candiles o quinqués.
  • Por supuesto y dicho lo anterior se entenderá que no existían, por ejemplo,  frigoríficos (se utilizaba algo más ecológico como eran las «Fresqueras»), ni tampoco habían lavadoras, lavavajillas, radios, televisiones, etc. y mucho menos, ordenadores, móviles ni tabletas. Las motos y los coches particulares empezaron a aparecer por esos años. Hasta entonces, el desplazamiento normal se hacía, allí donde existía, por tren, autobús, tranvía y si no, con carros, bicicletas o andando.
  • El agua mayormente se extraía de pozos (se sacaba con cubos) y en las grandes aglomeraciones era llevada por los aguadores, primero en cubas de madera y luego con camiones cisterna. También se aprovechaba  el agua de la lluvia que se recogía en Aljibes.
  • La elección en las comidas en casa se limitaban, generalmente, a lo que la madre preparaba y se daba gracias a Dios. Esto es, se ofrecían pocas alternativas.
  • El domingo y algún día muy señalado del año eran todas las fiestas que habían, en muchos casos ni eso. Se empezaba el día, generalmente, asistiendo a misa.
  • El colegio de primera enseñanza, muchas veces, era compatibilizado con otra actividad que hiciese falta realizar para ayudar a la casa.
  • Se cuidaba mucho la amistad entre todos los compañeros de clase y había una exquisita cooperación entre padres, profesorado y alumnos.  Se aprendía, aparte de las normales asignaturas que  impartía el «Maestro», otras tan o más importantes como eran: buenos modales de conducta; amistad, respeto, obediencia y disciplina.
  • Los estudios de bachiller y carrera era algo que, la gran mayoría, ni sabía que existían y menos que pudieran tener acceso a los mismos, sobre todo en los años 50.
  • El deporte más extendido era el fútbol. Primero se utilizaban pelotas de trapo sujetas con hilo bramante, después, llegaron las de goma (sólo las tenían algunos que se la habían traído los Reyes Magos). En estos casos, el que llevaba la pelota para jugar era quién, normalmente, establecía las normas de juego ese día. Si se pinchaba, el dueño se quedaba sin pelota y el resto sin partido.
  • Los juegos en los recreos de la Escuela (de chicos) aparte del fútbol eran: Las chapas, los rompes, los cromos, el tres en rayas, el chinche monete, etc. Era una época dónde los amigos que allí se gestaron, lo serían, en general, para toda la vida, con independencia del lugar y nivel social alcanzado con posterioridad por cada uno de aquellos niños.
  • En general había perfiles muy definidos en la educación para los chicos y las chicas, tanto en la orientación de las clases en el colegio, como en los deberes dentro del hogar. Las chicas (en general) tenían más que ver con lo que podían ayudar dentro de casa y los chicos fuera de la misma.
  • Las familias estaban formadas, en la inmensa mayoría (salvo alguna desgracia) por 5 o más miembros: El padre, la madre y de 3 a 5 hijos y, en bastantes casos con los abuelos y algún hijo más.
  • En aquella sociedad, el padre se dedicaba a traer el sustento para todos los de la casa trabajando fuera de esta y la madre desarrollaba su actividad en casa haciendo las tareas domésticas, gestionando los ingresos y cuidando de los hijos y mayores en particular.
  • Existía un gran respeto por los mayores en la familia y la sociedad en su conjunto por cuanto de saber y conocimiento atesoraban y que compartían, dentro de su entorno.
  • En general no había lujos, ni siquiera excesos que pudieran calificarse como tales pero lo que sí había en el entorno era una idea generalizada por la cual, la inmensa mayoría estaban segura que, «Si te esforzabas y eras una persona de provecho (léase buena persona) todo te iría mejor en la vida».
  • Los niños de aquella época crecían con tres ideas básicas que eran: Podían progresar y dependía de esforzarse, hacer las cosas bien y por último, conseguir unos mayores conocimientos que le ayudarían a obtener ese mejor bienestar. Nada quedaba fuera de su ámbito. Todo dependía de sí mismo.
  • Existían sentimientos de pertenencia y orgullo familiar muy fuertes, con grandes dosis de responsabilidad.
  • Se tenían pocos derechos y ratos de asueto pero, de aquello que se tenía, se hacía un uso muy razonable y comedido de ello.
  • En el entorno se hablaba poco de política y economía. Lo que se vivía era una economía ajustada, aunque creciente, producto del trabajo que no faltaba. También se daban fuertes dosis de colaboración  para salir adelante.
  • Los excesos tampoco llegaban a la ropa de vestir.  Era normal escuchar la frase de «eso es sólo para los domingos».
  • Los juguetes por Reyes podían oscilar entre un caballo de cartón sin o con carro y poco más. Quizás un plumier para el colegio.
  • Las fiestas de navidad se celebraban mucho, aunque con presupuestos muy reducidos. Principalmente con la familia y los vecinos.  También se celebraban bastante el día del santo de cada uno.

Pues bien, este entorno que he tratado de describir con diferentes puntos más arriba, era donde se desarrollaban los niños de aquella época y, con el tiempo que nos separa de entonces, 60/70 años, mí Punto de Vista es que los niños de aquellas generaciones eran  Felices, si bien tenían muchos menos medios materiales, que eran suplidos con un mayor grado de conformidad (léase adaptarse a lo que se tenía), sin renunciar por ello a una posible mejora, puesta en marcha por cada uno, con gran ilusión en el futuro que se iba abriéndose camino. Acabo de describir mi Punto de Vista de ahora y, puede decirse también, que es la de un niño de aquella época, es decir, yo mismo.

  • Entonces, y volviendo a la pregunta original, ¿Eran los niños de antes o son los de ahora los más Felices? . Podríamos decir que: Dadas las grandes posibilidades actuales para estudiar y hacer lo que ellos deseen; la gran cantidad de comodidades y cachivaches electrónicos y de todo tipo que pueden adquirir; que se ha alcanzado una sociedad donde pareciera que todo son derechos y  muy escasas las obligaciones, nos podría llevar a concluir que serían los actuales niños los más felices. Sin embargo, parece que no es así.  No parece que esté tan clara la balanza ya que, muy al contrario de lo que cabría esperar, han aparecido otras variable en la vida que juegan un papel distorsionador, tales como son: Una bajada en entornos próximos estables (menor tasa de matrimonios y mayor número de divorcios); un tiempo dedicado a los niños (por su padre o su madre ) muy inferior al que se les dedicaba en los años 50/60; un cruce de roles y de contradicciones de una parte muy importante de la sociedad con niños de por medio con graves consecuencias y secuelas para los mismos. Y, además, recientemente,   en los últimos 20 años, una cada vez más reducción de ingresos netos en los hogares, debido a la economía, que está llevando a gran parte de la población al paro y, con ello, a un mayor empobrecimiento del conjunto del entorno familiar que ha pasado de estar en una sociedad que, hasta los años 90, venía  mejorando sus posiciones,  a estos últimos  20 años que ha sido todo al revés, hecho que ha deteriorado todavía más el entorno familiar y por ende el cuidado y la atención que todos los niños reclaman. Por tanto, se puede decir que, desde mi Punto  de Vista en general,  y siempre matizado por casos puntuales,  los niños que van de los años 50 a los 60 fueron Felices, mientras los actuales no lo son tanto.
  • Antes de terminar si quiero añadir también que, desde mi Punto de Vista, y siempre en términos generales, si han habido generaciones cuyos niños han sido más felices que los de los años 50/60 y los de los últimos 20 años y son los que van  entre el periodo  1970-2000 en donde coincidió un mayor nivel de bienestar económico, junto con un mantenimiento del tiempo dedicado a los niños por parte de su padres en el entorno familiar equivalente al realizado entre los años 50/60.

PUNTO DE VISTA

La Lectoescritura

Escrito por José Luis Diego Núñez (Chiclana, Cádiz) 13/10/2022

Días atrás leí una entrevista publicada en el diario El MUNDO por Julio Valdeón, a Inger Enkvist (Värmland, Suecia, 1947), catedrática de literatura española en la Universidad de Lund, que ha dedicado buena parte de su trayectoria al estudio de las corrientes intelectuales que transformaron la escuela moderna en auténticas guarderías.
Su apuesta por la Lectoescritura y su empeño en restituir la autoridad del maestro frente al énfasis, en un supuesto bienestar emocional, la sitúan en la primera línea de las guerras pedagógicas.
Como considero importante esta opinión de Inger Enkvist y coincido con el planteamiento que expone respecto a las nuevas generaciones, llamadas a tomar el relevo, me ha parecido oportuno y digno de que aparezca en esta sección de PUNTO DE VISTA, haciendo énfasis en la lectura, escritura y esfuerzo. Todos ellos tratados de una u otra manera en el artículo.
“Las polémicas educativas, los choques entre los partidarios de la inclusión y el bienestar emocional y los defensores del esfuerzo centran las reflexiones de Inger Enkvist, muy crítica con las corrientes pedagógicas dominantes”

¿Los niños leen menos y peor que antes?
Tenemos un problema evidente con la lectura. Las dificultades de comprensión lectora limitan la capacidad para entender el mundo. Para leer bien el niño tiene que adquirir un vocabulario lo más amplio posible. Y practicar mucho.

Practicar cuesta…
Si no practica, si no lee libros y sólo ve películas, que dicen más o menos lo mismo aunque con un vocabulario muy reducido, avanzará muy poco. Debe adquirir la costumbre de leer en la primera etapa formativa. O será muy difícil más tarde, pues la vida ofrece tantos estímulos, tantos placeres, que ya no tendrá ni la disposición ni las circunstancias para desarrollar esa destreza.
El otro día, entrevistado en La Lectura, el filósofo Gabriel Albiac decía que la lectura, hace medio siglo, era diversión y ayudaba a escapar del tedio de entonces. Los cuentos de Anderson, los Grimm o Crompton equivalían a los videojuegos, y leer proporcionaba un entretenimiento que te configuraba subjetivamente.
Qué gran verdad. Y razón de más para actuar. Si queremos ciudadanos que sean auténticos lectores, tendremos que reforzar la primaria.

Salvo excepciones, los niños no van a leer porque sí.
Sin embargo, por buenismo, por no ser pesados, les exigimos menos esfuerzo. La cuestión central es si realmente leer, leer mucho y bien, nos importa.

¿Qué es la Nueva Pedagogía?
Una corriente pedagógica que busca acercarse al niño, seducirlo, conseguir que le gusten las cosas que le contamos, prestar atención constante a su bienestar, que es algo muy propio de nuestra sociedad. E incorpora elementos democráticos, dado que prefieren quitar contenidos, reducir la exigencia, con tal de adaptarse a las capacidades de cada uno. Como no todos leen o aprenden con igual facilidad, los teóricos de la Nueva Pedagogía bajan el listón y así igualan los resultados.

Entonces, ¿no aprendemos mejor jugando?
Creen que lo lúdico siempre es más eficaz. Todo estos elementos se combinan e invaden países como Estados Unidos y Suecia durante los años 60, y un poco más tarde llegan a España. Lo curioso, y lo que la gente no siempre entiende, es que la meta de la Nueva Pedagogía no es que los niños aprendan lo más posible. La acumulación de conocimientos no es su principal objetivo, aunque podríamos pensar que ése es el fin de la pedagogía. La meta es distinta. Quieren crear una sociedad armoniosa. Más justa, más tolerante. Los que han lanzado estas ideas, por regla general, no tienen un gusto muy pronunciado por el conocimiento. Les importa más la igualdad social, el cuidado de las personas, que los futuros adultos sean respetuosos con sus semejantes, con el medioambiente, etc.

Todo eso está muy bien pero, ¿dónde quedan las matemáticas o la historia?
Los conocimientos son secundarios. La responsabilidad de la escuela ya no recae en los intelectuales y los profesores, sino en los trabajadores sociales y los políticos. Los propios maestros han recibido, en parte, una formación más propia de un asistente social.

Pues hoy ya parecen postulados intocables…
Ahí llegamos a un clásico, el de los intereses creados. En las estructuras de los planes de educación hay instalados unos individuos que han mamado esas ideas, las han convertido en su profesión y no tienen otro remedio que seguir sermoneando.

Protegen sus trabajos.
Si pensamos en los años 30 y 40, había pocas personas instruidas. El maestro destacaba, al pertenecer a una capa un poco más culta que el promedio de la sociedad. Mientras que hoy muchas veces los padres tienen un nivel por encima del maestro. Y luego está el asunto de las mujeres. Hace décadas, cuando una mujer quería trabajar tenía como primera opción la enseñanza.

Ya no.
La mayoría de las mujeres de alto nivel intelectual hace tiempo que no estudian para ser maestras. Han sido sustituidas por individuos de peor nivel, más mediocres, mientras la Nueva Pedagogía insiste en que el profesor es un facilitador, y en que el niño debe estudiar por su cuenta, planificar su propio trabajo. Por no hablar de que culpan al profesor si el alumno se porta mal, porque el profesor debería haber desarrollado alguna destreza para ganarse al niño. Por volver a la pregunta inicial, el desprestigio de los docentes se explica por cambios sociológicos, legislativos y pedagógicos.

No parece muy optimista.
Nos estamos hundiendo más y más. Es un círculo vicioso. Baja la calidad de los profesores, baja el nivel de la escuela y el de los niños. Estamos en el mal camino, hay que cortar.

Hubo un tiempo en que todos los expertos de educación ponían como ejemplo Finlandia.
No entendían nada. Finlandia, para empezar, padeció mucho más que los otros países nórdicos durante la II Guerra Mundial. La población vivió durante mucho tiempo con la idea de que los peligros existen, y que debes aprender a defenderte. Pero ese miedo, esa presión, han desaparecido. Los observadores extranjeros se equivocaban. Creían que Finlandia utilizaba la Nueva Pedagogía con buenos resultados.

¡Por fin alguien lo lograba!
Pero el secreto del éxito tenía que ver con una larga frontera con Rusia, antes la URSS, con lo que suponía en términos de amenaza. Es, además, un país muy despoblado, el clima es más duro que en los otros países nórdicos y el único recurso era el bosque. Cuando tienes tantas dificultades, cuando todo te cuesta tanto, también estás dispuesto a esforzarte más.

La educación te sirve para salvarte de la pobreza.
En esas circunstancias los profesionales de la educación gozaban de un  enorme respeto social. Ser profesor de primaria tenía prestigio y estaba bien pagado. Quienes solicitaban entrar en la carrera tenían un alto nivel. Entonces, resumiendo, el éxito del sistema educativo de Finlandia se relaciona con unas circunstancias históricas muy determinadas. Con el lento desarrollo del país, con el peso de la II Guerra Mundial, que fue brutal, con el alto nivel del profesorado y los recursos que se dedican, con los estudios que hacen y con las remuneraciones. No se puede trasladar a otro país así como así.

¿La frustración y el aburrimiento son, hasta cierto punto, buenos para el niño? ¿Contribuyen a su desarrollo?
Le permiten acostumbrarse a buscar dentro de sí, a desarrollar la capacidad de esforzarse, le hacen crecer mentalmente. Esto de que los adultos organicemos cada minuto del tiempo de los niños, primero tenis, luego baile, fútbol, piano, dibujo, etc., es una mala idea. Quizá una cosa extra, pero el niño necesita tranquilidad, hablar consigo mismo, pensar. Y aburrirse. Esos domingos, cuando llueve y no hay nada que hacer, son el momento para desarrollar la fantasía y hacer nuevas cosas.

Ahora siempre hay un padre al rescate.
Es algo muy negativo. Lo que no te mata te hace más fuerte. Esto es  particularmente malo para los chicos, que tienen la tendencia a probar cosas más peligrosas, y así aprenden. Tampoco les permitimos resolver problemas por sí mismos, sin la  intermediación de los adultos.

A pesar de la propaganda feminista, los niños sacan, de media, peores resultados académicos que las niñas. ¿Por qué?
Entre otras cosas porque los sistemas basados en la Nueva Pedagogía, que dejan en manos del alumno su propio desarrollo, les van mejor a las chicas, dado que tienen un poco más de madurez que los niños. Eso provoca que ellos, de promedio, arrastren cierto retraso, sobre todo si no provienen de una familia culta. Es algo impuesto en nombre de la ideología. Debería haber una rebelión de los padres, en nombre de sus hijos y su futuro.

¿Los niños son los grandes perdedores?
Sufren un tipo de maltrato psíquico. Y la presión del feminismo actual es tan fuerte que nadie se atreve a quejarse. Claramente vemos un tipo de revancha contra los niños varones, pero es algo muy injusto. Los niños de ahora no tienen que pagar por algo histórico, por los pecados de nadie. No tienen la culpa de lo que hayan hecho sus progenitores. Aparte, es una manera de malgastar los recursos intelectuales del país. Está mal desde todos los puntos de vista.

Al reducir la exigencia, ¿traicionamos a los más desfavorecidos?
Con la Nueva Pedagogía pierden todos. Sobre todo los más desfavorecidos, que tienen menos posibilidades de acceder a otros recursos y no pueden desarrollar por su cuenta lo que necesitan. También pierden los alumnos con menos capacidades, porque el conocimiento permite, en parte, compensar lo que te falta en rapidez de asociaciones. Los niños pierden una manera de organizarse y de seguir las reglas, algo esencial para tener una buena vida. Pierden capacidad de entender lo que les cuentan los medios de comunicación. Pierden oportunidades profesionales. No entiendo cómo aceptamos que esto continúe.

¿Qué le parece la situación del español en las aulas de Cataluña?
No sucede en ningún otro lugar del mundo. De nuevo, para imponer una ideología están dispuestos a dejar a la mitad de los alumnos en una situación desfavorable. Por odio a otros, no a los niños, sino a sus padres, o a lo que representan, permiten el maltrato. Cuesta entender que los maestros lo acepten y, encima, que piensen que es bueno para los niños.

PUNTO DE VISTA

El uso de los móviles

Escrito por RUISEÑOR 01/10/2022

Las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) han irrumpido con fuerza y a ritmo vertiginoso en los últimos años. Puede afirmarse que la sociedad del siglo XXI es una sociedad tecnológica, ya que el uso de estas TIC han producido cambios en la vida de las personas, tanto a nivel individual como a nivel social.

En cuestión de poco tiempo los móviles han pasado de ser un mero instrumento de comunicación entre individuos, -relegado ahora a un segundo plano-, para convertirse en un elemento indispensable en la vida de la mayoría de las personas; todo ello, merced a las posibilidades que continuamente van incorporando esta clase de dispositivos al habérseles dotado de cámara fotográfica, grabadora de voz, navegación por internet posibilitando la participación en redes sociales y un sinfín de aplicaciones.

Su uso es generalizado y, con independencia de la edad, ha penetrado en todos los ámbitos de nuestras vidas; su portabilidad y facilidad de manejo le otorga cierta prelación sobre cualquier otro dispositivo digital. Sin duda, presenta las ventajas inherentes a cualquier avance tecnológico.

Mas siendo, como es, un tema susceptible de enfoques muy diversos, lo reduzco a dar mi opinión  sobre dos cuestiones: Primero, si realmente usamos de él con la frecuencia y para lo que realmente necesitamos; segundo, la conveniencia o no de ponerlo al alcance de niños y adolescentes.

En relación con la primera cuestión pienso que por su excesivo e inadecuado uso se ha convertido en una de las adicciones más frecuentes, interfiriendo en la vida personal, familiar, social y laboral.  Muchas personas, cuando no lo llevan consigo, experimentan un malestar y grado de ansiedad tal que les supone intranquilidad e incluso la necesidad patológica de volver a casa a por él,  pues necesitan imperiosamente no perderlo de vista.

Los efectos negativos de esta adicción se manifiestan de muy diversas formas: déficit de atención, tanto en los estudios como en el mundo laboral; pérdida de interés por las relaciones sociales presenciales, y una cierta inestabilidad anímica por estar siempre pendiente de quién nos llama o escribe. Además, absortos en él, aumenta el peligro cuando le prestamos atención en situaciones tales como la conducción o como peatones. A ello habrá que añadir las secuelas que puede producir sobre la salud, como son la afectación crónica en los ojos, problemas de insomnio y enfermedades derivadas de la obesidad debidas a la falta de ejercicio físico.

En relación con la segunda de las cuestiones planteadas es una realidad que, ya desde muy pequeños, se les estimula a formar parte de este mundo altamente tecnificado; pero el móvil no es ni debe ser un juguete para los niños. Sin acierto alguno, -si es que antes ya no disponían de él-, se ha convertido en el regalo estrella con ocasión de la Primera Comunión, cuando el niño aún no tiene la capacidad y responsabilidad suficientes para discernir sobre su adecuado uso.

Por tanto, no considero conveniente dispongan de él hasta alcanzada una determinada edad que puede establecerse en torno a los doce años,  cuando precisamente va concluyendo la niñez y comienza la adolescencia. Máxime cuando se trata de un medio por el que el menor puede recibir información y publicidad indeseadas. En este sentido es nuestra responsabilidad, como padres y educadores, decidir cuándo y con qué limitaciones ponemos esta tecnología en manos de nuestros hijos.

PUNTO DE VISTA

El uso de los móviles

Escrito por HIERBABUENA 04/10/2022

Para abordar este tema creo que es necesario diferenciar entre lo que es un móvil y un smartphone, ya que el móvil entendido como teléfono portátil e inalámbrico que sirve para llamar y recibir llamadas no comporta ningún riesgo, sino todo lo contrario, pues nos permite poder hacer o recibir una llamada de urgencia estemos donde estemos y a la hora que sea. Lo cual, a veces, nos saca de situaciones de dificultad.

Por otro lado, coincido con lo que dice Ruiseñor acerca de los smartphones y el peligro que estos pequeños aparatos puede conllevar, sobre todo para los más jóvenes, ya que tienen acceso a gran cantidad de información, mucha de la cual no es apta para su edad y los padres no siempre saben cómo controlar el  acceso de sus hijos.

Bajo mi punto de vista para que un niño haga un uso adecuado de los smartphones y de las Nuevas Tecnologías (en general) aparte de pedirle que sea muy responsable con el uso que hace de la misma, los primeros que debemos conocer a lo que pueden y no pueden acceder nuestros hijos, con estas herramientas, somos los adultos que tenemos que:

  • Formarnos en el uso y alcance de la herramienta, o dejarnos asesorar por las personas que tengamos a nuestro alrededor con un mayor dominio del entorno de internet y uso de los llamados móviles. Mal vamos a poder ejercer nuestra labor, para evitar riesgos innecesarios, si no sabemos cómo atajarlos.
  • Una vez cubierta la primera fase, debemos Educar, poner Normas y Supervisar el uso que hacen del móvil. Esto es muy fácil de decir y muy complicado de hacer cuando, en general, nos encontramos que quienes más y mejor dominan las nuevas tecnologías son nuestros hijos y no nosotros. No obstante, y como a nosotros no nos está permitido renunciar a nuestras obligaciones debemos, a la vez que elevamos nuestro conocimiento del medio, y como primera norma de comportamiento, apelar a su responsabilidad, que es, a la postre, lo que más les va a valer para ahora y para el futuro, siendo en este área nuestra misión, como en muchas otras, el de ejercer de vigía por si, por la razón que sea, en un momento dado, el chico o la chica baja la guardia o alguien trata de engañarlos.

En esencia tenemos que llamar su atención al buen uso que deben hacer del móvil con una supervisión ajustada en cada caso al uso que hacen del mismo; hay que enseñarles los peligros que puede entrañar su mal uso. Dentro de las normas deben establecerse unos límites de horarios para su uso.
Por otra parte, es contraproducente darle el móvil a un niño que no para en un restaurante para que nos deje comer tranquilos pues esto, a la larga, no le hace bien.

Aunque lo he dejado para lo último, creo que es lo más importante porque, mal podemos enseñar a nuestros hijos los mayores si no los apoyamos con el ejemplo. Esto es, los adultos debemos predicar con el ejemplo, y no podemos decirle a un niño que no debe usar el móvil cuando está comiendo, si el adulto es el primero en incumplir la norma.

Como señala Ruiseñor, el peligro está en el uso que se dé a los móviles. No se debe prohibir el uso de estos dispositivos a los niños ya que, en la era de las Nuevas Tecnologías, va a ser una herramienta fundamental para su formación (colegios e institutos ya los usan como complemento), profesional, etc. Lo que debemos intentar por todos los medios a nuestro alcance es que sepan servirse de la herramienta para su desarrollo y puedan evitar los riesgos por su utilización. Esperemos que seamos capaces porque todos, ellos y nosotros, nos jugamos mucho en ello.