«La Amistad», Historia

Historia breve de la Fábrica de Cerámica «La Amistad» (La Fábrica de los Platos)

«La Amistad» inicia su actividad productiva hacia 1845, en el término de Borricén, tras ser dada de alta años antes (1842) al abrigo de un contrato firmado por los señores: D. Estanislao Rolandi e hijos, D. Antonio Sixto, D. Tomás y D. Juan Valarino, D. Mateo Frades y D. Simplicio Maestre de San Juan, ante el notario de Cartagena D. Bernardino Alcaraz, y tenía como objeto la elaboración de loza fina.

La fundación de la fábrica de cerámica “La Amistad” tuvo como principal exponente a D. Tomás Valarino, nacido en Cartagena y descendiente de padres italianos (genoveses). Su protagonismo en el desarrollo industrial de la Cartagena del siglo XIX, donde había construido ya una fábrica de vidrio en Santa Lucía y los muelles anexos a la misma, le hicieron acreedor del título de Conde de Santa Lucía.

En «La Amistad», y siguiendo las técnicas artísticas de su tiempo, se utilizaron preferentemente el molde y la estampación a mano. Las decoraciones estampadas reproducían diferentes escenas tales como: cinegéticas, románticas, bélicas, florales, ambientales, paisajistas, ornitológicas, etc.

En «La Amistad» también se elaboró, de forma más restringida, la loza «iluminada» y cerámica pintada a mano, así como platos de decoración artística pintados al óleo para colgar. No obstante, su producción más importante estaba dirigida a satisfacer las necesidades de vajillas para una sociedad burguesa que, gustando de lo refinado, no podía permitirse pagar altos precios.

A lo largo de sus más de 50 años de actividad ésta, como muchas otras empresas en aquellos tiempos, pasó por diversas vicisitudes y situaciones que le llevaron a cambiar de nombre y propietarios hasta que, sobre 1905, cesó por completo su actividad como tal, continuando con parte de ésta los hermanos  Benzal.

Los hermanos Francisco y Diego Benzal

Natacha Seseña Lafuente, Madrid 1931-2011 (historiadora de  arte, investigadora e intelectual española especializada en el campo etnográfico de la alfarería tradicional y la cerámica histórica. Miembro fundador de la Academia Internacional de Cerámica de Ginebra, académica de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, académica de la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz) menciona que: A lo largo del siglo XIX existieron en Cartagena dos fábricas,  La Amistad (1842) y La Cartagenera (1883) ambas en el mismo enclave. Tras su cierre a finales de dicho siglo, los hermanos Benzal montaron un taller cerámico que funcionó hasta 1945. 

Después de esta reseña decir que «La Amistad» (más tarde La Cartagenera) a la que se conocía localmente como la Fábrica de los Platos, fue una de las empresas más importantes de cerámica en la España del siglo XIX, trabajando la loza fina estampada en el periodo que va de 1845 hasta, aproximadamente, 1905 en las mismas instalaciones (a partir de 1883 como La Cartagenera). En la Fábrica de los Platos trabajaron muchas personas de Roche como Juan Bermúdez Alcaraz (decorador) y otras tantas en las salas de estampado y, como ha sido referido antes, de forma significativa, los hermanos Benzal Sánchez, Francisco y  Diego que, al cierre de la empresa continuaron con la actividad, primero, presumiblemente, en las mismas instalaciones y más tarde trasladándose a un taller que a tal fin montaron en Los Huertas, junto a su vivienda, y donde empleaban a parte de los empleados de la extinta fábrica, muchos de ellos de Roche. Bastantes años después, y ya con menos actividad , este taller lo trasladaron a un local de su propiedad, sito en la actual plaza de Juan XXIII en Roche Bajo.  

Algunas de la piezas que se fabricaron en «La Amistad»

Siendo la producción de vajillas las piezas que con mayor volumen se fabricaron, los temas elegidos para su decoración tenían que ver con las diferentes áreas antes mencionadas pero apoyadas, en su gran mayoría, en el momento que se vivía y teniendo en cuenta todas las publicaciones y grafías que sobre cada tema aparecían en los medios, además de las elaborados por el imaginario de los pintores y decoradores en plantilla.

Escena romántica

Escena cinegética

Escena ambiental

Aunque en sí, cada una de las piezas fabricadas en «La Amistad» eran únicas, debido a la técnica utilizada, junto a platos, fuentes, jofainas y múltiples otras piezas de utilidad del día a día doméstico se realizaban piezas por encargo, de extraordinaria singularidad y belleza, llegando a fabricar sólo una de un tipo concreto como fue la réplica del jarrón nazarí de la Alhambra.

Los sellos con los que se grababan las piezas

Aunque fueron varios los sellos utilizados durante los años en que estuvieron saliendo piezas de los hornos de la fábrica, éstos cambiaron en el tiempo según las diferentes vicisitudes por las que atravesaba ésta (tanto de accionariado como de razón social) llegando en algunos momentos, sobre todo al final, a realizar la producción sin marca. Entre los más utilizados estaban: 

Los impresos de forma circular y que llevaban la inscripción ROLANDI VALARINO Y Cia* CARTAGENA con dos manos unidas. Se puede encuadrar en el primer período de la sociedad 1845-1870, al igual que las que llevaban «FÁBRICA DE CARTAGENA», con las simbólicas manos rodeadas por una corona o rama de laurel.

Otras marcas que se grababan con manos se diferencian tres formas: Una ovalada con las manos en el centro que dice «FÁBRICA DE CARTAGENA / GRANITO». Otra también ovalada, pero con los extremos cóncavos y las manos en el centro que dice «FÁBRICA DE CARTAGENA/ CHINA OPACA». La tercera, de forma rectangular, con el lado superior curvo que dice «FABRICA DE CARTAGENA».  

Sin las manos aparecen cuatro grabados: Una cartela con la inscripción «VALARINO/CARTAGENA». Otra estampada, en el que solamente aparece el nombre de «VALARINO», ambas marcas son posteriores a 1870. Por último una marca estampada y otra grabada muy semejantes en una sencilla cartela en la que se puede leer  «LA CARTAGENERA».